martes, 4 de mayo de 2010

23 de enero



Roberto no me llamó y son las 3 de la tarde. Todavía debe estar enojado porque ayer se me quemó la comida. No debería pero sé que era importante para él, comíamos en su casa con su vieja y bueno, nada... intenté hacer un pastel de papa y se me quemó el fondo. Se enojó, me enojé y me fui para casa, sola, casi a la 1 de la mañana. No quiero llamarlo, tiene que llamar él y pedirme disculpas por cómo me trató. Tiene que venir a verme directamente, si estuviera realmente apenado. O no?

Son las 6 y no tengo noticias. Me morí de calor toda la tarde acá adentro. Estoy sin tel, el público está hecho polvo y no puedo llamar a nadie y no quiero sacar otra tarjeta para el celu porque no tengo un mango. Estoy esperando que me llame. Si no lo hace va a ver ese tonto, otra lo va a tener que atender, porque yo me rajo... que se olvide...

Lo llamé recién, son las 9 y no me aguanté. Es que extraño y nada... lo convencí para que viniera a buscarme cuando cierre. No tenía muchas ganas pero sé que va a venir, me quiere. Ya le prometí que no se me vuelve a quemar la comida, lo voy a intentar con todas mis fuerzas.

Fabiola.

1 comentario:

  1. Ah bueno pero vos no sos mas tarada porque no podes eh!!!! Cuida ese quiosco que es lo que te da de comer y aparte tenes que pagar deudas nena!!!
    Besos cariñosos Togy

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