domingo, 16 de mayo de 2010

10 de febrero




Hoy vino Cristian, el de la lavandería de la esquina. Me invitó a salir y no puedo ni siquiera decirlo en voz alta porque ardería troya. Roberto lo tiene entre ceja y ceja porque más de una vez lo encontró en el kiosco charlando conmigo.
En realidad no me invitó a salir como una cita, me dijo de ir a ver una película en el cine del barrio que nos queda a unas cuadras y como que se sentía solo y que cuando cerramos el negocio...
No sé. La verdad es que a mí me cae divino pero no sé. ¿Con Roberto qué hago? No podría imaginarme vivir sin él aunque veo otras parejas y me dan envidia. Tienen algo que yo no tengo.

Fabiola.

No hay comentarios:

Publicar un comentario